El estilo Kitsch tiende a colocar excesivamente objetos llamativos, ¡entre más allá mejor! Y aunque parece algo sencillo, tiene ciertos elementos que deberás considerar antes de colocar esta decoración en tu hogar. La única regla es incorporar todo aquello que te guste y animarte a explorar tu creatividad.
Las principales características son los colores, las formas y elementos vistosos, ya que mientras más sobresalgan será mejor para tener espacios sobresaturados. Dentro de estos colores predominan el rosa chicle, fucsia, violeta, azul turquesa, verde manzana y rojo fuerte, es decir, esos colores intensos que en otros estilos de decoración son complicados para combinar.
Al igual que el color, es necesario utilizar texturas en el ambiente, por lo que puedes utilizar recursos como el patchwork, es decir, puedes juntar retazos de tela o papel para crear tu propio vinil y darle un toque de personalidad a tu casa por medio de tapizado en algún sillón o muro.
Exhibe tu colección o recuerdos retro
También puedes colocar en las mesas y estanterías figuras que no tengan ninguna relación entre ellas, o guiarte por tu amor al coleccionismo y elegir una temática; agrega a tus paredes colores con mucha potencia combinados entre sí en textiles y paredes, una amalgama de formas y colores difícilmente combinables en otros estilos. El estilo kitsch no sigue normas, no se atiene a pautas específicas y solo busca impresionar, destacar y dejarte sin habla.
Esta forma de decoración suele ser moderna, pero no a todo el mundo le gusta, ya que es bastante fuerte, aunque se puede lograr un espacio agradable sin abusar de la cantidad o el gran tamaño de los elementos decorativos, restringiendo la cantidad de colores a solo dos o tres, al igual que utilizar un color neutro en las paredes.